El precio del usado im“Precio”na
Por Ing. Gustavo Ortolá Martinez
GO Real Estate
@gorealestatearg
El diagnóstico y el tratamiento son
procedimientos fundamentales para enfrentar y resolver las enfermedades.
En nuestro mercado inmobiliario
actual creo que hemos enfrentado muy mal la afección que estamos padeciendo
desde hace casi dos años, primero porque hemos errado el diagnostico y segundo
porque no la hemos tratado. La
enfermedad mal diagnosticada y no tratada deriva en un muy mal destino y si de
pronósticos hablamos, preferiría cambiar el rumbo de la realidad actual
inmobiliaria en la que estamos sumergidos.
Desde mi punto de vista el origen
de todas las cosas, el móvil de tantos desencuentros y parálisis en el mercado
del usado, es el precio de los inmuebles.
El cepo es un condimento intenso, contundente y determinante, pero el
precio es el tema a tratar.
Hoy no hay forma de valuar los
inmuebles usados, no hay precios, no hay moneda y como corolario no hay mercado. Para definir el precio de un inmueble
recurrimos a distintas estrategias, entre las más utilizadas la de precio de
reposición y la de valores comparables.
Analicemos la aplicación de ambos
procedimientos de valuación en el contexto actual. La ponderación por valores
comparables en un mercado que no tiene actividad y no tiene moneda de cambio o
referencia nos lleva a conclusiones inexactas y falsas, en nuestro caso nos
produce una realidad sobrevaluada de los activos.
La lógica que un inmueble nuevo
debería tener un valor mayor que el mismo usado, ubicado en la misma
localización, es una realidad que hoy está desfigurada cuando observamos que
una propiedad usada es más cara que producirla a nuevo en el mismo lugar.
En un contexto de variación cotidiana
de costos, deberíamos utilizar el método del valor de reposición para valuar
los inmuebles usados y aplicarle el efecto ajuste por el uso o antigüedad para
encontrar su precio exacto.
Interpretando los valores de esta
forma, veremos que hay una conclusión sustantiva: los precios de venta del
metro cuadrado usado deberían estar entre un veinte y un treinta por ciento por
debajo de lo que hoy se pretende percibir por ellos.
Los ciclos marcan cambios y nuevas
reglas. Estamos transitando un nuevo ciclo
y los valores deben ajustarse a la realidad actual.
Podemos elegir la forma del
acomodamiento a seguir: a la americana, sincerando los precios de un día para
el otro y empezando el nuevo ciclo con dolor y pérdidas pero estableciendo una
base para recrear el mercado inmobiliario; o a la española, padeciendo la baja
a largo plazo y conviviendo con el problema, sufriendo las noticias y
consecuencias por tiempo indeterminado.
No somos ni España, ni Estados
Unidos, no tenemos un modelo de negocios que haya sido apalancado por el crédito,
el dolor será de los que invirtieron esperando multiplicar el ciclo para
siempre, pero hay lugar para volver a salir.
El diagnostico del problema son los
precios; el tratamiento el sinceramiento,
ajuste y la creación de un mercado orientado a los consumidores.
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